Wednesday, March 12, 2008

Wednesday, March 12, 2008
El beso


Simplemente, sin texturas ni ángulos a medio terminar, en la penumbra de la noche y con las manos temblorosas, llego a tocar tu rostro, el inicio de tus cabellos, la curvatura perfecta de tus cejas que me llevan a la suavidad de tus parpados cerrados, tiemblo aun mas y llego a tocar tus pómulos tensos por la sonrisa de tus labios… todavía no me está permitido llegar a ellos, secretamente me pregunto si algún día será.

Hace horas que venimos charlando, sobre la vida y sus quehaceres, me cuentas todo, por lo menos todo lo que me interesa en ese momento y mientras mis manos acarician tu rostro, mi alma se desvela y también susurro las respuestas a todo lo que quieras saber; la respiración acompasada de nuestras compañeras de habitación nos ubica en la realidad casi onírica que estamos viviendo, por desgracia (o por fortuna) no estamos solas en ese momento.

Un ronquido ahogado y nuevamente la calma de la noche, nuestras risas entrecortadas por la urgencia de mantener ese momento tan calmado y secreto como nos ha sido dado hasta ahora; tus manos se animan a tocar mi cara, hasta ese momento sólo era yo la que daba muestras de afecto, tu evitas ese tipo de roces o demostraciones afectivas, no te gustan los saludos ni las despedidas cariñosas que suelen darse entre amigas; yo por el contrario, me podría autodefinir como efusiva, algunas veces muy expresiva en mis muestras de cariño.

La noche sigue y con ella, para nuestra buena suerte, continúa la calma, la luz de la luna se cuela entre las rendijas de las cortinas, el frío hace que la punta de mi nariz se congele, pero siento que el calor invade mis venas cuando la yema de tus dedos roza despreocupadamente mis labios, me pides disculpas por el equívoco, yo sonrío y continuamos charlando, ahora son temas mas personales los que nos ocupan, me inquieta sobremanera saber hasta que punto has llegado a tener intimidad con tus enamorados, pero no puedo preguntarte tan descaradamente por eso, sólo quiero saber si alguna vez has hecho el amor con alguien, hasta donde llegaste con ese ex novio tuyo del que tanto hablas, y como ya no puedo aguantar mas esta urgencia, me pongo a hablar de mis propias experiencias, te dejo bien en claro que nunca, nunca he llegado a tener relaciones sexuales con nadie, y te cuento como aquella vez en la que este antiguo enamorado mío intentó llegar a un poco más de besos y abrazos, te cuento como logré evadirlo y tus manos me acarician el cabello; estoy llegando al cielo, pero no estoy segura aún si podré algún día llegar a tus labios.

Hablas entre risas sobre tus ex novios o amigos, tengo que respirar profundamente para no estallar, mi corazón palpita en mis sienes y no quepo en mi de felicidad, ¡tu tampoco has tenido sexo con nadie!, la sangre vuelve a fluir en mis venas y el hielo que helaba mi columna se va diluyendo, de pronto la yema de tu dedo toca nuevamente mi boca y siento como se pega un instante a la mantequilla de cacao que cubre mis labios, el frío de la sierra nos ha resquebrajado la piel y para evitar las heridas es bueno untarse bien los labios con esta pasta insípida, pero esto no viene al caso, lo importante es que nuevamente he sentido tu piel en mis labios y mis mejillas están sonrojadas, vuelves a pedir disculpas y yo simplemente te digo que no te preocupes; sospecho a que estas jugando y mi corazón está como loco, tengo miedo de que lo escuches palpitar tan de prisa, tengo miedo de que mis latidos despierten a las dos amigas que duermen en dos de las tres camas que había en la habitación; nosotras por un juego del destino o por una sutil manipulación de este, terminamos compartiendo una cama.

Seguimos hablando, no sé bien de qué, sólo espero que tus dedos ahora en mi frente se animen a llegar de nuevo a mi boca, el aire se niega a entrar a mis pulmones y tengo que hacer un gran esfuerzo por respirar, el peso de las frazadas, el temblor de mis manos, el miedo.

Tu piel tibia en mis labios, no puedo evitarlo (no sabes cuanto traté), muerdo despacito tu dedo y la punta de mi lengua roza apenas tu piel; fue la chispa que encendió la dinamita, tu voz que desde la penumbra musita casi inaudible –ven-, la sangre en mi cabeza, tengo miles de mariposas en el vientre y estoy temblando como un pajarito caído de la rama más alta del árbol; no espero a oír nuevamente tu orden, tu pedido, tu súplica. Me acerco despacio y directamente a tu rostro, puedo sentir la tibieza de tu respiración, puedo sentir la humedad de tu boca, en una milésima de segundo dudo y creo que lo mejor es darte un gran beso en la mejilla, pero tengo la cabeza latiendo tan desenfrenadamente y no puedo más con esta sensación de vacío en el estómago, así que decido apostarlo todo y estoy dispuesta a enfrentarlo todo, despacio y decididamente busco tus labios con mi boca, siento tu saliva caliente y puedo por primera vez sentir los ángulos filosos de tus dientes que tantas veces me han hipnotizado cuando hablas, puedo sentir el mundo en mi estómago y todo gira a mi alrededor, mi lengua encuentra la tuya y su suavidad, tu saliva llena mi boca y nuestras respiraciones van acompasándose, acelerándose, ahogándose.

Amor es lo único en lo que puedo pensar en estos días, casi a doce años de haber besado por primera vez a otra mujer, amor es lo único que puedo sentir en este momento en el que dejas la cama tibia y una estela de colonia fresca a tu paso por la habitación, un beso tibio y fino antes de salir en la penumbra, amor y solo amor en mis sueños al besarte cada vez, como si fuera la primera, la única y la última vez.

Nos besamos toda la noche y cuando ya nuestros labios sonrientes y cómplices no pudieron seguir besándose por el cansancio y el vino de la noche anterior, cuando los primeros rayos del sol sustituyeron a la luna llena y resplandeciente como nuestro encuentro, el sueño nos llevó a tomar un descanso en la exploración de universos acuosos y calientes de saliva con matices ferrosos.

Despiertas amor entre las mantas revueltas y yo no estoy a tu lado, sales despeinada a buscarme, el miedo a lo que se viene no te deja esperarme tranquilamente, ¿estas tan desesperada como yo por repetir lo que hemos hecho, o te arrepientes?, me encuentras ya cambiada y compuesta, entre sonrisas y miradas cómplices decimos que lo ocurrido fue producto del alcohol, ¿que alcohol amor si casi ni habíamos bebido?, pero bueno, hay que culpar a alguien y en este caso será el vino, el vodka, el cognac, el viaje, la locura, la confusión, qué sé yo, la culpa es de algo o de alguien pero no mía ni tuya, ¿estás segura?.

Quedamos en hacer como que no ha pasado nada, quedamos en que a nuestro regreso del viaje todo seguirá igual a como lo dejamos, buenas amigas y nada más, ¿nada más?, pero si lo único que quiero en esta vida es besarte cada día y combinar mis latidos con los tuyos, ver tus ojos en las mañanas al despertar y al acostarme, lo único que quiero es que seas algo más que mi amiga, como lo quieras tú, estoy dispuesta a ser tu amante, pero no puedo decirlo, estoy totalmente desconcertada, sonrojada y tengo ganas de reír o de llorar y es que esta es la primera vez en que he tenido las fuerzas de besar a otra mujer, en el pasado se me ocurrió hacerlo un par de veces, pero no estaba dispuesta a poner tantas cosas en juego, a soportar lo que implica, ¿a ser lesbiana?, pero si realmente no se lo que soy, solo te he besado a ti, ¿eso me convierte en homosexual?, no quiero ser homosexual, no quiero ser lesbiana, no quiero ser una marciana, pero tengo unas ganas enormes de volverte a besar.

Hoy, después de tanto y tanto camino recorrido, pasadas las tormentas y tormentos familiares, crisis existenciales de mis padres y depresiones colectivas, peleas y llantos, después de todo, amor, quiero tener un hijo tuyo, pero no es tan fácil, pese a que la ciencia avanza tan rápidamente, no es posible todavía hacer que dos óvulos generen un embrión, daría mi brazo derecho por lograr tener una hija o un hijo con tus ojos, tus dientes, las ondas de tu cabello, daría la mitad de mi vida o mi vida entera por solo ver un instante a un niño nuestro; pero ya vez amor, no todo es posible, entonces nos quedan otras salidas, podemos intentar inseminarnos, alguna de las dos, la que este en mejores condiciones físicas, trataremos cada día que sea feliz, porque será hija o hijo de este amor que invade nuestros corazones desde el momento en que nos besamos por primera vez.

El primer beso, cálido y estremecedor, fue el inicio de otra vida, una vida en la que definitivamente y por vez primera podía ser lo que realmente siento que soy, una mujer que puede y quiere amar a otra mujer, esto me pone dentro de la definición de homosexual, más exactamente, lesbiana, este término fue para mí muy áspero al principio, pero con el paso del tiempo me fui acostumbrando a su sonido, a no sentirlo como un calificativo discriminativo, sino como la síntesis de lo que realmente quiero y asumí ser desde el momento mismo en que sentí tu respiración en mi cara y decidimos fundir nuestras almas en un beso.

Suavidad de tu piel, la piel de una mujer en mis manos, el sabor de tu saliva y tus labios, el olor a flores que emana de tu cuello, tu cabello sedoso en el que podría perderme enteramente, el reflejo del mundo en tus ojos, estoy en tus manos. ¿Es tiempo de hacer el amor?.

Tengo 19 años, solo besos y abrazos con chicos en mi historial amoroso, tienes 20 años, solo besos y abrazos con chicos en tu historial amoroso, ¿y ahora qué hacemos?, ¿cómo hacemos?, -ahora no- te susurro en el oído, -ahora no- y tu respiración se calma, tus manos salen de debajo de mi blusa, nuestros cuerpos se separan ardientes, me acomodo el cabello y nos sentamos frente a frente, -ahora no puede ser- musito, y las palabras salen solas, -quiero que nuestra primera vez sea especial-, no puedo creer lo que estoy diciendo, antes ya había dicho “ahora no”, pero era porque realmente no quería llegar a más; -tiene que ser bonito, con tiempo, sin que nada ni nadie nos interrumpa-, quedamos en que vendrías un día y tendríamos tiempo sólo para el amor.

Llegas y contigo las mariposas en mi vientre, pasas el umbral de la puerta y ya no puedo resistir estas ganas de unirme a ti, mis labios buscan desesperados los tuyos y nos fundimos en un cálido beso, te adoro, te quiero, te deseo. Mis manos en tu espalda, tu piel suave y tibia me estremece, tus manos recorren mi torso, tengo miedo, suspiros que nos ahogan y tiemblo toda entre tus brazos.

Casi desnudas, nuestros cuerpos rozan las sábanas frías, exploradoras de universos ajenos, extraños y a la vez tan familiares como los propios caminos, las líneas de la piel y los pliegues secretos de tu anatomía perfecta, mujer completa, casi niñas jugando a amar, eres y soy parte de un todo, por fin unidas en un infinito abrazo vibrante, fuego y lava que arde en cada arremetida, salada y dulce a la vez, velos de ternura nos cubren en la penumbra, ya no somos más las mismas de hace unos minutos, dejamos atrás y al mismo tiempo una vida para nacer de la mano a este nuevo tiempo, en el que amar ya no es un tabú ni un impedimento, en el que amar es una simple realidad de placer y juego que nos lleva a sentirnos por un instante una sola, esos instantes amor, son los que nos hacen fuertes y nos dan esperanza para seguir luchando por lo que somos, por lo que finalmente, decidimos ser.
****Han pasado casi 12 años amor.... y te sigo amando*****

2 comments:

Anonymous said...

Fue muy fuerte leer esto... sigue siendo un flash para mi encontrar TANTAS similitudes entre lo que me está pasando y lo que le ha pasado ya a un monton de mujeres que se nombran "lesbianas"... cada vez tengo mas ganas que dudas... y me divierto pensando que solo soy una mas del monton que se està dando cuenta... por suerte..!

Kin said...

Hermosa historia de amor, que lindo saber que hay parejas de mujeres con tantos años, yo aun no he podido pasar el umbral de los 6 meses, es bastante desalentador, pero amo a la mujer y todo lo que ella significa. Seguire esperando!!!! :D